martes, 30 de diciembre de 2008


La 14 conferencia sobre cambio climático que la ONU ha organizado en la ciudad polaca de Poznan concluyó en la madrugada del sábado con escasos acuerdos.

La 14 conferencia sobre cambio climático que la ONU ha organizado en la ciudad polaca de Poznan concluyó en la madrugada del sábado con escasos acuerdos importantes, muchos dudas y trasladando el debate medioambiental a la cumbre mundial de Copenhague (Dinamarca) de diciembre de 2009. Aunque los países pobres recibirán mayor ayuda económica para hacer frente al cambio climático, sus representantes apenas podían disimular su frustración y malestar por los resultados obtenidos. Muchos países en vías de desarrollo consideran que la ayuda del mundo rico es del todo insuficiente y aseguran que no podrán hacer frente a sus compromisos medioambientales.

Por ello, algunos países receptores señalaron que les será muy difícil poner en marcha a partir del año que viene grandes obras de infraestructuras para hacer frente al deterioro medioambiental, como la construcción de diques, playas artificiales y centros de alerta meteorológicos, si el mundo desarrollado no es económicamente más generoso. El acuerdo sobre instrumentos financieros para ayudar al Tercer Mundo -que ya no serán gestionados por el Banco Mundial, debido a su excesivo burocratismo- liberará fondos de entre 80 y 300 millones de dólares anuales.

Países como China, India, Brasil, Colombia, Paquistán, África del Sur o Costa Rica expresaron su descontento por esta cuantía y acusaron de cicateros a los Estados más desarrollados. El documento final aprobado en Poznan mantiene la referencia acordada en la conferencia de Bali (India) en 2007 sobre la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (CO2) entre un 25 y un 40% para los países avanzados, e incluso por primera vez que el mundo en vías de desarrollo también limite su contaminación entre un 15 y un 30%. Ahora, según dijo un representante de la delegación de Estados Unidos, «las negociaciones empezarán en enero de 2009» de cara a la cumbre de Copenhague. Y mientras, poco más: en marzo los países avanzados presentarán sus datos sobre emisiones de CO2 y en junio se redactará un borrador sobre la estrategia medioambiental que debería asumir la ONU en Copenhague.

Los representantes de la UE, que en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de Bruselas de esta semana consiguieron acercar posiciones, se mostraron exultantes. Representantes de la delegación francesa destacaron «la importancia histórica de lo que hemos alcanzado en Poznan y Bruselas», y el ministro de Medio Ambiente de Chequia, Martin Bursik, apeló a «incrementar el esfuerzo» para que el objetivo de reducir las emisiones sea una realidad.

Economías emergentes

Las economías emergentes han tenido un protagonismo especial en esta cumbre. Mientras los países ricos se han comprometido a reducir sus emisiones de CO2 entre un 25 y un 40%, Arabia Saudí no niega que exista un calentamiento global del planeta; México se ha comprometido a contaminar un 50% menos de cara a 2050. El presidente de la conferencia, el polaco Maciej Nowicki, se mostró «satisfecho» por los acuerdos pero pidió «un mayor esfuerzo» por parte de todos.

El experto polaco Andrzej Blachowicz señaló que es posible alcanzar nuevos objetivos «si los países desarrollados reducen su contaminación y los países en vías de desarrollo disponen de mayores y mejores instrumentos».

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