El nacimiento del primer jabón no se conoce. Los egipcios ya utilizaban un producto jabonoso que consistía en una mezcla de agua, aceite y ceras vegetales o animales, fórmula que fue utilizada también por los griegos y los romanos.
En el siglo VII existía una potente industria en España e Italia y fue precisamente en la ciudad italiana de Savona donde se empezó a elaborar un jabón de aceite de oliva que también hacían los musulmanes. En el siglo XV aparece el jabón de Marsella, el precursor de los jabones actuales, preparado con una mezcla de huesos (ricos en potasio) y grasas vegetales. La industria jabonera floreció en las ciudades costeras del Mediterráneo, favorecidas por la abundante presencia del aceite de oliva y la sosa natural. Durante la 2º Guerra Mundial, los americanos desarrollaron un tipo de jabón que podía utilizarse con agua del mar, pensando en los marines destinados en el Pacífico: así nació el jabón dermatológico, el menos agresivo de todos los jabones.
Hoy existen jabones para todos los gustos, de todas las calidades y para todos los bolsillos, jabones con aceites y cremas hidratantes, jabones perfumados, jabones inodoros, sólidos, con textura de gel o de crema, y hasta las grandes marcas de la cosmética y de perfumería hacen sus lanzamientos de perfume acompañándolos de una línea de baño con la misma fragancia.
Los alumnos de 4º ESO D hemos elaborado un jabón sódico a partir del aceite de freír que previamente filtramos para eliminar las impurezas sólidas.
Por cada 20 ml de aceite se mezcla con 12 ml de etanol y 20 ml de una disolución de hidróxido sódico (en 100 ml de agua disolver 32 g del hidróxido sódico), calentar al baño de maría hasta que se haga una pasta y añadir en caliente 20 ml de una disolución saturada de sal común agitar y dejar reposar hasta el día siguiente.
La capa sólida es el jabón, se introduce en moldes y se deja secar.
Con esta experiencia hemos aprendido a reciclar el aceite y contribuir a no contaminar nuestros acuíferos pues un litro de aceite contamina cerca de un millón de litros de agua, cantidad suficiente para el consumo de agua de una persona durante 14 años.
En el siglo VII existía una potente industria en España e Italia y fue precisamente en la ciudad italiana de Savona donde se empezó a elaborar un jabón de aceite de oliva que también hacían los musulmanes. En el siglo XV aparece el jabón de Marsella, el precursor de los jabones actuales, preparado con una mezcla de huesos (ricos en potasio) y grasas vegetales. La industria jabonera floreció en las ciudades costeras del Mediterráneo, favorecidas por la abundante presencia del aceite de oliva y la sosa natural. Durante la 2º Guerra Mundial, los americanos desarrollaron un tipo de jabón que podía utilizarse con agua del mar, pensando en los marines destinados en el Pacífico: así nació el jabón dermatológico, el menos agresivo de todos los jabones.
Hoy existen jabones para todos los gustos, de todas las calidades y para todos los bolsillos, jabones con aceites y cremas hidratantes, jabones perfumados, jabones inodoros, sólidos, con textura de gel o de crema, y hasta las grandes marcas de la cosmética y de perfumería hacen sus lanzamientos de perfume acompañándolos de una línea de baño con la misma fragancia.
Los alumnos de 4º ESO D hemos elaborado un jabón sódico a partir del aceite de freír que previamente filtramos para eliminar las impurezas sólidas.
Por cada 20 ml de aceite se mezcla con 12 ml de etanol y 20 ml de una disolución de hidróxido sódico (en 100 ml de agua disolver 32 g del hidróxido sódico), calentar al baño de maría hasta que se haga una pasta y añadir en caliente 20 ml de una disolución saturada de sal común agitar y dejar reposar hasta el día siguiente.
La capa sólida es el jabón, se introduce en moldes y se deja secar.
Con esta experiencia hemos aprendido a reciclar el aceite y contribuir a no contaminar nuestros acuíferos pues un litro de aceite contamina cerca de un millón de litros de agua, cantidad suficiente para el consumo de agua de una persona durante 14 años.
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