Un año más las costas de Canadá serán el paraíso de los cazadores de focas y como consecuencia unos 275.000 ejemplares morirán. Los cazadores asistieron el pasado 28 de marzo en el golfo de San Lorenzo y el estrecho de Belle Isle a la apertura de la veda. El departamento canadiense de pesca y océanos ha establecido nuevas reglas para la cacería de este año, para intentar que este evento sea visto con mejores ojos. Una de las reglas añadidas consiste en que los cazadores se tienen que asegurar de que el animal está realmente muerto, y no sólo inconsciente por los disparos o golpes recibidos en la cabeza, cortando las arterias bajo sus aletas, antes de despellejar el animal. Lo que naturalmente ha aumentado las críticas de las organizaciones ecologistas.
Las focas arpa y encapuchada menores de 3 meses de vida son las más perseguidas, las más fáciles de matar y las que poseen mayor cotización de su piel en el mercado. Las autoridades canadienses dicen que la industria está en crisis para así conseguir un aumento de la cuota por unidad, cuota que en 2006 se situó entre 50 y 70 euros, sin a ello sumarle las ganacias por la venta del aceite. El año pasado reducieron la cuota debido a la presión que las organizaciones ecologistas ejercieron por la escasez de helo debido a los efectos del calentamiento global en el Atlántico noroccidental. Así el año pasado se mataron 5000 ejemplares frente a los 335000 del 2006.
La falta de hielo hace que las focas se introduzcan en el océano antes de que estas tengan fuerzas necesarias para nadar grandes distancias. Y es inadmisible que los ejemplares que sobreviven a este desastre ecológico sean matados para el beneficio de unos pocos, convirtiéndose en artículos de moda. El Gobierno canadiense intenta salir airoso de la situación, fijando en 5,8 millones el número de focas existentes en la actualidad.
Esperemos que la concienciación de estos hecho llegue pronto, aunque lo más probable es que la caza de estos animales se detenga por otro motivo: la desaparición de estos.
2 comentarios:
Acabo de leer este artículo sobre la matanza de las focas en el polo Norte y, lo mire por donde lo mire, me parece absolutamente injusto e inmoral. ¿Qué clase de seres superiores nos creemos para cometer semejante homicidio? ¿Qué placer puede obtener la gente que comercia con piel de animales, sean focas, tigres, zorros, etc. al saber que están matando seres vivos inocentes? Sólo por el mero hecho de existir merecen nuestro respeto y cuidado. No somos nadie para quitar la vida a seres inocentes para beneficiar a otras "personas" que no tienen sentimientos mas que su amor propio. Si estuviese en mi mano el hacerlo, prohibiría cualquier tipo de caza a animales que no son domésticos. Espero que algún día nos concienciemos nosotros y concienciemos a estas empresas asesinas de la importancia de la biodiversidad y el derecho a la vida que tienen todos los seres vivos: plantas, animales y personas.
Visito vuestro blog y les felicito por el esfuerzo y el empeño puesto, y especialmente por abrirse al trabajo colaborativo de profesores y alumnos en un mismo entorno... y en abierto.
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